Entradas

Mostrando entradas de 2018

Guatemala

Mira qué anchas son tus fronteras, Guatemala mira qué altas tus montañas que desde donde estoy las veo a diario y dibujo en mis cielos tus rojos atardeceres. No me bastan en las mañanas los recuerdos que a veces al dormir aún te sueño veo imponentes tus volcanes, tus ríos fríos, tus mangos, tus jocotes, tus albañiles. Mira qué grande eres, hasta donde estoy casi oigo la bulla de tus mercados, oigo el azadón en la tierra y la olla burbujeando. Me haces tanta falta pero eres también tan mía... que te escucho en los cantos que canto, en los poemas que recito, en las palabras anglosajonas que se me enredan en la boca cuando hablo. Aquí estás conmigo, Guatemala y tu nombre es como grito ahogado, porque al nombrarte siento que me llaman y siento confundirse tu gracia y la mía. Mira qué ancha eres qué maravillosa y qué fuerte el poder de tu dominio que aún en tierra de nieves blancas y días de otoño, te sigo suspirando, mi primavera.

Inadvertida

¿A dónde va todo este tiempo? Todas estas horas de soledad y rituales hogareños. ¿Qué producen la suma de soles que pasan por sobre mi casa? Esta casa tan fría tan distante de todo. ¿A dónde va la luciérnaga en la noche? Cubierta de sombras y lirios dormidos ¿Qué objeto tiene el mover de las hojas secas que danzan por el aire sobre el piso? Tantas cosas hay en la Tierra de las que ninguno se entera. Otra vuelta al Sol, otra brisa sobre el pasto... allá en algún lugar la cigarra calla y luego vuelve a cantar... ¿A dónde va todo esto? ¿Quién es testigo de la existencia? Del ser sin que se sepa De todo aquello que se teje en lo oculto. De las sombras que producen las olas del mar en la noche estrellada antes de reventar contra las rocas. ____ .psalml139.

Madrugada

La mañana me abrazó de golpe, y me sentí otra. Al fin pude ver de frente las sombras del pasado que huían. Mi lamento cotidiano desentonaba. Las azules quejas de haber perdido el cielo, se diluyeron tanto con el recuerdo vivo que las creí ser uno. Todavía veo cómo mis dedos se entrelazan con lo que queda de la noche y no quieren dejarse ir. Fui yo quien sostuvo este invierno. El sol que pasó no es el mismo que vuelve Pasó. En mi oscura melancolía deseché mil soles... cerraba con fuerza mis ojos para continuar mi lamento. Esta madrugada es tan brillante que no sostuvo lucha contra mis párpados dormidos. Esta dulce estrella amaneciendo... Han pasado mil soles desde el día que quise guardar en mi memoria. La oscuridad a la que me aferraba no era el suspiro del atardecer que creí recién pasado... era el mío, era mi cárcel, era mi noche en la que creí poder volver atrás el tiempo. Este sol también pasará así como han pasado tantos otros....