Madrugada

La mañana
me abrazó de golpe,
y me sentí otra.

Al fin pude ver
de frente
las sombras del pasado
que huían.
Mi lamento cotidiano
desentonaba.

Las azules quejas
de haber perdido el cielo,
se diluyeron tanto
con el recuerdo vivo
que las creí ser uno.

Todavía veo
cómo mis dedos se entrelazan
con lo que queda de la noche
y no quieren dejarse ir.

Fui yo quien sostuvo
este invierno.

El sol que pasó
no es el mismo que vuelve
Pasó.

En mi oscura melancolía
deseché mil soles...
cerraba con fuerza mis ojos
para continuar mi lamento.

Esta madrugada
es tan brillante
que no sostuvo lucha
contra mis párpados dormidos.

Esta dulce estrella amaneciendo...
Han pasado mil soles
desde el día que quise guardar
en mi memoria.

La oscuridad a la que me aferraba
no era el suspiro del atardecer
que creí recién pasado...
era el mío,
era mi cárcel,
era mi noche en la que creí
poder volver atrás el tiempo.

Este sol también pasará
así como han pasado tantos otros...
y yo
yo...
quiero estar despierta
para saber lo que vendrá
en el nuevo día.

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