Quezaltepeque
Eres noche para el azahar de mi alma mi terruñito de caña mi pascua de montaña. Abiertas tienes todas tus ventanas y lloras cuando me alejo de tus caminos adoquinados. Un arrullo de frio te pinta orejas de conejos en enero, de flores de febrero. Hueles a madrugada. A todos tus hombres honrados les besa el sol la frente y la tierra abraza sus pies cuando sostienen el arado. Y por el mercado caminan llenas de gracia, de fuerza y ánimo tus mujeres porque se les enseña a amar el tiste y a endulzar la vida. Eres canción de cuna, iluminada. Quien entra por tus caminos sale enamorado, aspirando vida, incubando ideas. Ninguno se fatiga de verte. Renuevas tus aires. Cada día te peinas y preparas para que tus pobladores vuelvan a ver con admiración tus montañas imponentes, tus ríos abrillantados, tu gente... Eres mi pedazo de alma en tierra, tan pequeñito tu, tan mío. Mi peque, me sigues a todos lados, volteo y estás pidiéndome siempre que ...