Cómo estás

Amo quien fuiste
cuando la tarde caía
entre aquel "nosotros" acentuado
y el bodegón del tiempo
nos daba la espalda
para olvidarlo todo
excepto el presente.

De cada paso que di en desconfianza
aferrada a las sombras de mi inconsciencia
brotaron las luces que sembraste
cosechadas entre palabras y platos rotos
y gloriosas endulzaban mi cargado camino.

Sé bien que ya no te amo
que las virutas de mi alma desgastada
se volvieron polvo que endulzó tu partida
que me dolió hasta el fondo...
mas tres vínculos de paz acorralada
se volvieron mi dije y mi fuerza
y dejé de extrañarte.

Ahora solo quisiera conocerte de lejos
y poder saber que entre las agujas que chocan
en el reloj de papel
o de plata
has encontrado libertad y alegría
o saber también si has dado de frente
a los cañones profundos que la tristeza ventila

O solo saber qué fue de ese pez
que nunca vio luz de día.

Tus puertas lejanas conocen que me asomo
para ver si acaso se corrigen
los huecos que te conocí
y saben que admito entre cerrojo y manija
que quisiera encontrarte de pronto
y que en alguna onda que produzca tu boca
vibre alguna expresión mía.

No, no quiero que me pienses a diario,
sino que por costumbre y ahora ya
también sin pensarlo
existe en tus palabras
alguna palabra mía.

Sigue uno queriendo perdurar
la siega del pasado
que deja añejos a algunos y a otros
los olvida.


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